Navidad es…
La Navidad es festejo y oportunidad.
Alegría por el nacimiento de Jesús y momento propicio para dar inicio al cambio íntimo que lo sabemos impostergable.
La Navidad para el mundo Cristiano es emoción sublimada.
Un estado de recogimiento y viaje al mundo interior para reordenar, si fuera necesario, emociones y proyectos, cerrar lo que ha venido siendo una herida, fortalecer aquello que dio fuerzas para creer y crecer, y valorar como nunca a quien puso su hombro junto al mío.
La Navidad es ocasión para superar el ardid.
Momento oportuno para evitar el
engaño que pretende hacerme ver el bien allí donde existe una fuente
generadora de dolor y desesperanza.
Navidad para pensar y sentir.
Aquel que ha dado semejante muestra de amor y perdón quiere lo mejor para
nosotros, generando el momento y el espacio para que podamos tomar las mejores
decisiones, allanando el camino que nos permita alejarnos de aquello que nos
hace mal.
Navidad para crear y valorar la libertad.
Nos sigue impulsando a buscar la verdad sabiendo que eso nos hará libres.
Verdad y libertad son derechos personalísimos y sublimes.
Navidad para desear no sólo el bien para nosotros mismos.
Navidad para meditar.
Darnos cuenta que estamos escribiendo el libro más valioso al que podamos
acceder, el libro de nuestra propia vida.
Navidad para aprender y aceptar que no somos perfectos y que el más perfecto de
todos se destacó por divulgar la humildad.
Navidad es el remedio para el orgullo y el egoísmo, por eso es paz.
La Navidad no tiene la capacidad de borrar los errores del pasado pero, sin
dudas, tiene sí la armonía suficiente para forjar un porvenir de venturas a
partir de un presente comprometido con la necesidad ajena.
Esta Navidad 2020, tan especial por cierto, nos vuelve a invitar a
resistir en paz, a sincerar los deseos y a escuchar la voz del alma que sigue coleccionando
verdades inquebrantables.
Raúl Kasiztky
Sociedad Espírita “Te perdono”
Centro Educativo Integral “Camino a la Casita”