Fuente Inspiradora

FUENTE INSPIRADORA

Las fuerzas de la naturaleza desde tiempos inmemoriales desatan sin aviso previo su realidad, y en minutos ante tormentas silenciosas nos encontramos muchas veces teniendo que resolver algo que no estaba en nuestros planes. Y poder resolver por cierto, es una verdadera bendición, porque a otros las fuerzas los arrastran a destinos inciertos.

Por estos tiempos la natural incertidumbre gana las calles y los corazones, y la búsqueda incesante de razones que justifiquen la difícil y obligada forma de vida actual genera profundo agobio, el que muchas veces deviene en tristezas y melancolías.

Las sospechas de mentiras bien urdidas son una realidad, entonces, como si alguien “oyera” los pensamientos valiéndose del poder, actualizan técnicas derivadas del miedo, agregándose inteligentemente otras que dan sostén a las emplazadas y que mantienen con vida el pánico ya instalado.

Pensar en aquellos primitivos Cristianos a quienes bajo temores, amenazas y también mentiras bien urdidas pretendieron someter, nos trae una luz de consuelo y esperanza.

Miles de “rebeldes” seguidores del Mesías descendían a las arenas del circo romano cumpliendo con la ley del Amor que hiciera estremecer a los pueblos, cuyos mártires, devorados por el poder de turno, también hoy nos vuelven a dar las fuerzas para resistir, señalándonos el mismo Camino, potenciando nuestra Fe.

Sobre ellos estuvieron por siglos desatándoles tormentas, y no pudiéndolos atormentar los mismos sometidores fingieron unirse para intentar de nuevo dominarlos, cambiando el cínico circo romano por la ficción del poder.

Quiera Dios que esta vez se entienda de una vez y para siempre que el miedo no vencerá jamás al Amor, y que el Amor no tenga que dar reiteradamente testimonios de hidalguía ante las modernas y renovadas técnicas de azotes, llamadas pobreza, desempleo, marginación y enfermedad.

Si esta fuerza imbatible del Amor, en lugar de tener que defenderse constantemente, se pudiera destinar a la creatividad, a la EDUCACIÓN, al amparo del débil, a brindar oportunidades, ya no serían necesarias esas pervertidas técnicas experimentadas sobremanera en el orgullo y el egoísmo, como las usadas por aquellos conquistadores que fueron incapaces de traer paz y oportunidades dignas, haciendo que se demorara la vida plena en un planeta regenerado.

Son tiempos de aislamiento y de muy difícil sobrevivencia para miles de humanos hermanos que no son mendigos de profesión, nuevos indigentes que piden comida y abrigo resistiendo con lo que tienen y agradeciendo, aun con una sonrisa triste y profunda, aquello que reciben de manos generosas, pretenciosas de amortiguar un poco los efectos de la frialdad materialista.

De nuevo Allan Kardec dice presente, describiendo el consuelo a través de aquella segunda palabra del alfabeto Divino, mostrando a la reencarnación como fuente inspiradora para respuestas difíciles e invitándonos a que abracemos con más fuerza que nunca que “fuera de la caridad no hay salvación”.

Raúl Kasiztky

Sociedad Espírita “Te perdono”

Centro Educativo Integral “Camino a la Casita”