Algunos hombres mueren…

Compartimos en esta oportunidad, otro escrito que el querido amigo y escritor Héctor Porta nos hizo llegar conmemorando a Juan Antonio Durante. Este se titula: «Algunos hombres mueren, otros pasan a la historia».

 

 

 Hablar de la muerte del ser amado significa de pronto aceptar que ya no habrá llamadas telefónicas, ni seremos receptores de sonrisas ni abrazos, no habrá fiestas compartidas. El silencio se apoderó de vuestros labios por ello muchas veces utilizamos ciertos términos quizás para suavizar la despedida: se nos fue, partió, voló. Viajó hacia la otra vida.

Pido permiso al amigo lector para decir que el 9 de noviembre del año 2011 partió hacia el mundo espiritual un incansable trabajador de la doctrina. No ha muerto Juan Antonio Durante, su nombre será recordado como hoy recordamos aquellos hombres que nos antecedieron y brindaron lo mejor de sí por la doctrina.

Ha sido un sembrador, un espíritu viajero que llevó por los cuatro rumbos su simpatía, su amistad, su amor por el ideal, su amplio conocimiento.

Hay hermanos que lloran en la tierra tu partida, y hay alegría en el espacio por tu regreso.

Gracias querido Juan Antonio no por durar, como duran algunos hombres en su cuerpo, sino por brindar a lo largo de tantos años tu lealtad, tu disciplina y tu esfuerzo.

“Siempre la historia registra lo que no supimos ver en nuestro tiempo”.

Hoy finaliza tu tiempo en la tierra, pero volverás como vuelven otra vez las golondrinas cruzando los continentes en su vuelo, y traerás de nuevo la alegría, tus ansias de dar, difundiendo un mensaje de hermandad a través de las voces y las manos de los médiums.

Ya no tienes barreras ni fronteras, el universo está frente a ti, déjate llevar de la mano de tu guía, repone fuerzas, y luego vuelve, ¡vuelve a acariciar nuestros corazones cantando loas a nuestro Padre, al Evangelio, y a la doctrina espírita!

Tú eres ese sembrador que no dejó de arrojar su semilla aún en el desierto. Algún día ella despertará, germinará y brindará su sombra al viajero.

Hasta pronto, querido Juan .¡Gracias por una vida consagrada a la difusión del ideal en nuestro

Tiempo!

Que el Padre te colme de bendiciones, y el espíritu Don Cosme Mariño te cubra con su afecto…

Gracias por tu amistad y por tu tiempo.

Afectuosamente,

tu hermano Héctor.