Volver a empezar…

Volver a empezar puede significar un deseo con tal identidad que nos otorgue la suficiente distancia de ese pasado que por razones diversas desearíamos dejar tan atrás, tan lejano, que al volver la vista atrás “veamos la senda que nunca se ha de volver a pisar…”

Volver a empezar se convertirá en una terapia saludable y completa, gestionando un estímulo capaz de vencer frustraciones pertinaces.
Volver a empezar abrirá de par en par la puerta de la esperanza para proyectos almacenados en nuestro íntimo mundo de las ideas, ese al que solamente nosotros tenemos acceso, pura y exclusivamente.

Cuando se levanten las persianas del aislamiento y movernos deje de ser una excepción para volver a ser la regla, verosímilmente para muchos significará volver a empezar. Irremediablemente.

En algunos hermanos humanos, inevitablemente ya se advierte que deberán construir sobre ruinas, puesto que así han quedado, despojados de lo poco con que contaban, material y afectivamente debilitados por todos lados, con edificios emocionales que no pueden mantenerse en pie, porque la tormenta del materialismo los arrasó, una vez más…

Estarán también aquellos que tendrán que superar un natural desconcierto, sobrellevando la indeseable sensación que deja el sentimiento del tiempo perdido, y asimismo, por supuesto, un sector que su volver a empezar lo será con las arcas un poco más colmadas que antes de la pandemia.

Volver a empezar en general nunca ha sido fácil… Por tanto prepararnos para esta eventualidad nos representará ganarle a la desesperanza y el desconsuelo, que refriegan sus manos y escondidos como animales de presa buscarán saciar su apetito con corazones abatidos por la tristeza y el desánimo.

La filosofía Espírita que representamos nos elucida, sabia y religiosa, que todos sin excepción ya hemos vuelto a empezar varias veces, dándonos también las bases científicas para que la certeza de un mundo mejor no sea una vana utopía.

Cada nueva existencia en el hilo de la vida nos encontró volviendo a empezar, y hasta aquí hemos llegado…

Ahora, mientras vemos cómo nos acomodamos para cuando se pueda respirar más libres, sugerimos comenzar a construir puentes derribando los muros que el miedo desalmado e insensible levantó en derredor de nuestros corazones y una decisión sana y saludable será el servicio, la CARIDAD como bandera de salvación, propia y ajena.   

¿Y si no pudiéramos volver a empezar porque las fuerzas ya empezaron a abandonarnos…?

Una vez más esta formidable filosofía Espírita nos demuestra que aquello que no pudimos o no supimos, no quedará inacabado por siempre, puesto que tendremos una próxima experiencia, íntegros y saludables para completar los espacios que, por vacíos, no nos permitieron ser del todo felices. Así nos enseña la segunda palabra del alfabeto Divino, la REENCARNACIÓN, que triunfante de la muerte nos abre nuevamente, sin distinción y con toda justicia, la esperanza de volver a empezar…

Raúl Kasiztky

Sociedad Espírita “Te perdono”

Centro Educativo Integral “Camino a la Casita”