Nos impulsó un deseo profundo de orar por la familia y así, sin más, nos convocamos a abrir nuestro corazón para rogar a Jesús por todos los hogares, las familias y la paz.
Aprovechando el espacio y el tiempo creímos oportuno además ofrecer un momento de reflexión y fluidoterapia colectiva, procurando de esta manera que la ternura del Mesías invada nuestro ser, renovados y confiantes en que nada está perdido, convencidos en que las sombras de la iniquidad y las miasmas pestilentes de las debilidades se pueden vencer, como también teniendo la certeza de que trabajando por la familia es hacerlo por la paz…
Como sucede cada vez que nos acercamos a nuestro querido Nazareno, sea de la manera que sea, Su respuesta se hace sentir bondadosamente inmediata y como niños que reciben el abrazo reconfortante de una madre, emergemos sublimados, hondamente energizados, venciendo las propias mezquindades, dándonos el sutil permiso de conocernos un poco más a nosotros mismos, ampliando las propias fronteras respecto de aquello que aún no hemos dado.
Si Dios lo quiere, y esperamos merecerlo, todos los 1eros. viernes de cada mes, a las 18:45 hs., nos encontraremos convocados por el estimulante compromiso de aportar nuestras vibraciones de amor a los núcleos familiares, intentando rodearlos del pensamiento-sentimiento necesario para fortalecer los lazos y los vínculos espirituales que nos llevaron a la convivencia doméstica, y para que en el seno mismo de la familia la sensatez, el respeto y la armonía sean la notas sobresalientes.
Es así que una nueva actividad dio comienzo en nuestra Casa Espírita, sumándose a todos los encuentros doctrinarios que venimos realizando.
Inspirados en las mamás y las familias de nuestros chiquitos del Centro educativo integral “Camino a la Casita”, desde el tercer viernes de septiembre comenzamos con las reuniones públicas de asistencia espiritual a las que llamamos: “JESÚS, FAMILIA y PAZ”.
El tema a tratarse en cada charla se anuncia en la página principal, junto a las demás reuniones públicas.